JOSÉ LUIS ANGEL JACINTO FELICIANO VEGA
(78 años) Conocido artisticamente como
CHEO FELICIANO
EL ÑINO MIMADO DE LA FANIA
MR. FAMILIA
Nacido el miércoles 3 de Julio de 1935, en Ponce, Puerto Rico
Fallecido el jueves 17 de abril de 2014, en Cupey, San Juan, Puerto Rico
INTRO
Estuve trabajando con Cheo Feliciano como agente artístico y manager. Aquí narro los últimos dos días en la vida de mi amigo Cheo. Lo que comenzó un miércoles como un día de suerte se convirtió el jueves en el triste final.
HISTORIA
La noche del miércoles 16 de abril de 2014, Cheo Feliciano debió haberse acostado temprano a dormir ya que el jueves 17 partiría de viaje a Acapulco, México para una gira artística donde se presentaba con otros grandes cantantes como Oscar D’Leon, Jose Alberto, Luis Enrique, Tito Nieves, Ismael Miranda con los Salsa Giants dirigidos por Sergio George. Para ese viaje yo no iba ni tampoco Louis Garcia porque era él como solista con Salsa Giant, así que quien iba acompañándolo era su esposa y manager Socorro Prieto Cocó Feliciano. Tenía claro que no debía manejar ningún vehículo pues había perdido la fuerza y habilidad en su brazo derecho (con el cual manejaba). Le pidió a su esposa Cocó que lo llevara al casino a jugar un rato y ella le dijo que no porque no se quería amanecer para luego hacer un viaje tan largo a México, así que preparó las maletas y se fue a dormir. Semanas antes yo le había prohibido manejar ningún vehículo y le había dicho a Cocó que incautara las llaves del auto. Cheo prometió no utilizarlo.
Así las cosas, Cheo llamó a Louis García el director musical de su orquesta “Sentimiento 25” que también jugaba casino y que meses antes se había ganado en los sorteos de jugadores un auto y un viaje en crucero, Louis le dijo que ya había ido y que se quedaba en la casa. Esa noche, al ver que Louis no queria ir, me llamó para que lo llevara al casino pero yo estaba en NY y le dije que cuando llegara lo llevaba. Le dije acuéstate temprano y juegas cuando llegues a México, me dijo: “Ok Viera, nos vemos pronto”. Esperó que se durmiera su esposa y buscó las llaves del auto Jaguar, abrió el portón sigilosamente y se fue para el casino del Hotel Radisson Normandie en Condado, San Juan. Puerto Rico. Fue su día de suerte. Ganó $ 860.oo dólares en la máquina habitual que siempre jugaba de 5 centavos. Esa noche aparte de los cafecitos que se tomaba en el casino, cerca de las 3:00 de la mañana le llevaron una taza de sopón de gandules y se la comió. Llevaba 22 horas sin dormir y el sueño se iba apoderando de él pero quería llegar antes de que Cocó se levantara para el viaje con los Salsa Giants, así que se fue manejando desesperado de prisa.
Cheo siempre fue irresponsable con el uso del cinturón de seguridad (simplemente no lo usaba ), esa noche no fue la excepción con el agravante de que estaba manejando su auto Jaguar con la mano izquierda (no podía ni siquiera levantar el brazo derecho). Él no tenía destreza alguna con el brazo izquierdo y tenía cansancio en esa extremidad, pues estuvo 9 horas jalando la palanca de la máquina de forma contraria (ya que esas máquinas tienen la palanca en la derecha). Esa madrugada aproximadamente a las 4:13 am, condujo su Jaguar de regreso a su casa, como siempre, por la carretera 176 de Cupey y cogiendo una semi curva a la izquierda se durmió. Al hacerlo con el brazo izquierdo, la mano giró aún más el volante con su cuerpo dormido hacia la izquierda e impactó de frente un poste de concreto armado. El golpe fue tan fuerte que, aunque el auto impactó semi virado el poste, se acomodó y se estrelló de frente, cerca del Restaurante Ponderosa. Cheo, al no tener el cinturón puesto, recibió el impacto del volante en su cuerpo y el del cristal con la cabeza, falleciendo de inmediato.
Cuando llegó la ambulancia los paramédicos lo revisaron enseguida para darle los primeros auxilios, uno de ellos se percata de que es Cheo Feliciano y le dice al otro; “no puede ser, ¡Dios! ¡es Cheo Feliciano!” y tomándole los signos vitales y revisándolo ve que está muerto. El segundo paramédico busca la identificación en los bolsillos de su pantalón y mira la licencia de conducir que dice José Luis Feliciano Vega y dice; “compañero, en efecto si es Cheo, la licencia dice Jose Feliciano y veo su foto, mira”, se lleva la mano a la cabeza y dice: “Hay que llamar al director médico”.
En el impacto Cheo era irreconocible de cara. Uno de los paramédicos debido a que era Cheo una figura pública muy querida en Puerto Rico y en el mundo, llama al director médico de San Juan con el fin de que le diera instrucciones para el protocolo a seguir. Cuando el paramédico le dice al director:
Paramédico: -“Director, falleció José Feliciano-. Chocó su auto con un poste de concreto y se mató”-.
Acto seguido, el director médico se enfureció y le dijo al paramédico:
Director: –“¡Cómo te atreves a llamarme a esta hora de la madrugada para hacerme esta broma!, ¿como es que te llamas? Preséntate a mi oficina a primera hora hoy”-.
Paramédico: -“Director, no es ninguna broma estoy en la escena y se mató manejando su vehículo solo, no es ninguna broma. Yo no juego con mi trabajo”-.
Director: -“¡¿Pero como tú me vas a decir que se mató José Feliciano manejando su auto?! Jose Feliciano es ciego. Él no conduce, ni tiene auto, ni vive en Puerto Rico”-.
Paramédico: -“No, director. No es José Feliciano el ciego, es José Feliciano, ‘Cheo’, director… es Cheo Feliciano; es que su nombre verdadero es José Feliciano. Tengo su licencia conmigo y su retrato”-
Director: -“No puede ser… ¿Cheo?”-
Paramédico: -“Si, director. Cheo, Familia Cheo”
Director: “Ah ok, es Cheo, llamen a la policía mientras llego a la escena”-.
Nunca se encontraron en las pertenencias entregadas a la familia de Cheo el anillo de matrimonio, su cadena y los $ 860.oo dólares que ganó en el casino esa noche.
En la madrugada del miércoles, 16 de abril yo me regresaba de Nueva York a Puerto Rico y cuando abordé el vuelo en American Airlnes nos tuvieron una hora en el avión en el aeropuerto de Albany esperando para despegar y nos bajaron informándonos que el avión tenía un desperfecto y que el vuelo se cancelaba hasta el otro día, en la madrugada. Me regresé a la casa de mi madre, pasé una noche más con ella y en la madrugada del Jueves, cuando estoy previo a abordar el avión, pasaba por el check point en el areopuerto y cuando pongo todas las cosas en la canasta del túnel, suena mi celular y al observar en la pantalla quién llamaba vi que era Cocó. Me asusto cuando veo la llamada pero no puedo responder porque el celular estaba en la caja ya. Paso el control y me revisan. Tomo el celular. Reviso la llamada y veo que Cocó me dejó un mensaje en el voice mail. Al activarlo oigo a Cocó desconsolada diciéndome: “Richie… yo se lo dije… que no saliera y esperó que yo me durmiera y acabo de prender la televisión y están las noticias diciendo que Cheo se mató en el Jaguar y estoy viendo el auto chocado… yo se lo dije que no se fuera para el casino…”– y lloraba desconsolada-, “yo se lo dije Richie. No sé qué hacer. Llama por favor, llama Richie”.
Inmediatamente la llamo a su celular y me contesta súper desconsolada, repitiéndome “Lo siento Richie, yo no tuve la culpa, yo le escondí las llaves y las encontró mientras yo dormía. Tú sabes como es Cheo y se fue para el casino y se mató Richie, ahí esta en la televisión en WAPA, con Normando Valentín dando la noticia y no sé qué hacer”. Le digo: “Dios Todopoderoso, ten misericordia. Cocó, yo estoy en Nueva York montándome en un vuelo para Puerto Rico en unas horas estoy contigo. Escúchame bien: quédate en la casa y no vayas a la escena, quédate ahí y que vaya Cheíto (José Enrique Feliciano Prieto, hijo mayor), lo siento mucho Cocó”. Y desconsolado le cuelgo el celular, pensando en que Cheo, como niño travieso, no hizo caso a lo que le dije y se fue para el casino y de regreso chocó y se mató en el poste.
Semanas antes le había advertido a Cheo en mi oficina frente a Cocó que iba a morir en un choque con un poste y ahí estaba “se dió lo que le predije y se mató en un choque con un poste”. Ya dentro del avión me vuelve a sonar el celular y veo que dice WAPA TV. Tomo la llamada y me informan que quieren sacarme al aire para dar las primeras declaraciones en torno a la muerte de Cheo Les digo: “Perfecto, pero estoy en cabina de avión de camino a Puerto Rico y tengo muy poco tiempo antes que me digan que apague el celular”, me sacan al aire a través de WAPA y WAPA America con Normando Valentín y Keyla Hernández. Me entrevistan y con voz entrecortada les digo:
-“Si, es cierto, aunque no quisiera que fuera asi”,
Me pregunta Normando:
-“Richie, ¿qué hacía Cheo Feliciano solo en horas de la madrugada en la calle?”-,
Le digo:
-“Entiendo que venía del photo shooting (toma de fotos) con Gilberto Santa Rosa y Victor Manuelle para el concierto próximo con Rafo Muñiz”-, en eso les digo; “Disculpen pero tengo que colgar. La azafata me está pidiendo que apague el celular”– y ahí me despido de ellos.
Lo que empezó como un día de suerte la noche del miércoles 15 de abril, terminó en un triste final la madrugada del Jueves Santo, día 16 de abril del 2014, ese mismo día también falleció Gabriel García Márquez “Gabo”. Lo extraño todos los días, Cheo fue un verdadero amigo del alma y aunque estuve en todo su funeral, mi mente lo recuerda vivo, como el niño travieso que siempre fue. Tengo cientos de grandes historias que viví con él. Cada vez que escucho el tema “Canta”, de autoría de Rafael Hernández, en arreglo de Luis “Perico” Ortíz, se me ahoga el alma y se me salen las lágrimas. Cada instante que lo escucho también recuerdo a Héctor Lavoe decirle “Canta, Cheíto canta”.
Richie Viera.